viernes, 12 de junio de 2009

COMPONENTE ACADEMICO - CULTURAL

Constituye la columna vertebral y el hilo conductor de la razón de ser de la Universidad, considerada no sólo como institución de educación superior carácter público, sino como espacio específico de la cultura, con un principio propio de racionalidad pedagógica y un objeto específico de conocimiento, estudio e investigación.
Está integrado por seis responsabilidades básicas:

  • La Investigación
  • La formación como acción pedagógica sistemática
  • El Desarrollo Regional y la Proyección comunitaria
  • La inclusión
  • La innovación tecnológica y la internacionalización
  • La proyección social de la Universidad.

La construcción curricular exige e implica unos procesos de selección, organización, articulación y secuenciación de núcleos temáticos que respondan a los núcleos problemáticos, en donde se agrupen e integren elementos afines a situaciones comunes para explicar sus causas críticas y plantear soluciones, con el aporte conceptual, metodológico y técnico de las diferentes disciplinas del saber, en forma flexible, dinámica e integral.

La organización académica de los programas de formación universitaria por el sistema de estándares y créditos académicos tiende a centrarse en campos de formación. En términos generales, los campos buscan la formación integral del estudiante mediante la articulación estructural de la formación disciplinaria con la formación para el desempeño profesional, y de estas áreas o campos con la formación investigativa y socio humanística. Los campos se desglosan en componentes y estos a su vez en elementos.

En lo que respecta a los criterios de organización de los planes de estudio como uno de los elementos estructurales de los diseños curriculares de los programas de formación académica en el contexto universitario, es posible evidenciar también tendencias explícitas o implícitas en las regulaciones normativas.

Así, el peso de la formación básica puede recaer de manera significativa en la fundamentación "disciplinaria", con lo cual la formación pedagógica, en el caso de los programas de educación, o psicológica, administrativa, filosófica, etc., adquiere una relevancia especial. Ello será un sello distintivo del programa. Si es así, el porcentaje en créditos académicos fluctúa entre el 30% y el 45%.

El peso de la formación básica específica puede acentuarse en el desempeño profesional respectivo, que también suele denominarse como ocupacional o profesional, lo que denota un interés especial en los campos de actuación e intervención, particularmente, en la formación específica o en el énfasis. El porcentaje en créditos académicos varía entre el 35% y el 45%.

El peso de la formación puede recaer también en el fomento del espíritu científico o investigativo, con lo cual se acentúa la orientación académica o disciplinaria. Aunque existe una cierta tendencia hacia esta orientación en algunas instituciones de educación superior, los programas de pregrado no requieren la misma intensidad en la formación investigativa que los programas de postgrado. Las instituciones de educación superior, en virtud de su autonomía, pueden asignar créditos básicos entre el 10% y el 20% para la formación investigativa.

La formación académica debe tener como referente(s) la(s) disciplina(s) y los campos de conocimiento que le aportan al respectivo programa los fundamentos esenciales. Así, al psicólogo la Psicología, al antropólogo la Antropología, al administrador la Administración, al educador la Pedagogía, etc. Con ello se busca que el sujeto que se forma adquiera las perspectivas, principios, conceptos, categorías, teorías, métodos, técnicas, herramientas y problemáticas que atraviesan el (los) campo(s) de conocimiento en el (los) que se fundamenta la carrera universitaria que estudia y, a propósito de lo cual ejercerá determinadas actividades laborales o profesionales de auto reciclaje del propio profesional o de emigración a campos diversos de intervención de la carrera, dado los acelerados cambios que se producen en el desempeño profesional.

Al centrarse en el sistema de créditos académicos como unidad estructurante de la formación básica, la duración de un programa no se mide ahora por el número de períodos académicos como esencia de su estructuración, sino por el tiempo sistema que el estudiante dedique a sus procesos formativos y de aprendizaje. Es el crédito la medida del aprendizaje, la formación y la duración, y no el período o semestre académico: este es una consecuencia de la distribución o programación en el tiempo del sistema de oferta y desarrollo de los currículos medidos en créditos académicos.

CONTEXTO DEL PROYECTO ACADÉMICO PEDAGÓGICO SOLIDARIO. MIGUEL ANTONIO RAMÓN MARTÍNEZ


No obstante los avances logrados en el campo económico, en los sistemas políticos y jurídicos y en el ámbito cultural, en Colombia y América Latina persisten escollos sociales expresados en el desempleo, la concentración de la riqueza, el aumento de las desigualdades, la pérdida de valores humanos fundamentales, el aumento de las pobrezas absolutas, la marginalidad y la exclusión social.

Tales escollos no solamente han producido rupturas en el tejido social y disminuido la vivencia de los valores de solidaridad, pertenencia, compromiso, participación e identidad cultural sino que han dificultado los procesos de gobernabilidad e incrementado los desafíos frente a las distintas revoluciones contenidas en la globalización.

Para la UNAD, estos desafíos se convierten en retos que traducidos a propósitos y estrategias nacionales, buscan contribuir a la superación de la crisis humanitaria que vive el país y, particularmente, a la reconstrucción de las comunidades humanas, deterioradas por múltiples factores tales como:

  • El incremento de las patologías colectivas, generadas por situaciones de extrema pobreza, bajos niveles educativos y desaliento social.

  • El aumento de multiplicadores de miseria, en los campos de la supervivencia, la convivencia pacífica, la afectividad humana, la sensibilidad social, la espiritualidad y la cultura en general.

  • La disminución del capital social, cultural y humano, causado por el predominio del individualismo egoísta, la desconfianza en las relaciones interpersonales y el bajo capital intelectual y social.

  • La presencia del carácter conflictivo y autoritario de las relaciones sociales, motivada por la confrontación de intereses de los diferentes grupos que detentan el poder o están en su búsqueda.

  • La pérdida del espacio y del espíritu cívico social y del vivir de la ciudadanía como fuentes de democracia, civilización, desarrollo humano, paz y solidaridad.

  • El impulso del mercantilismo exagerado, generador de marginación social, exclusión económica y distorsión cultural.

Tales factores, exigen un despertar ético, político y pedagógico frente a la cuestión social fundamental, para superar las desigualdades y la crisis humanitaria, de tal manera que se promueva la reconstrucción de las comunidades humanas, a partir de la globalización de la conciencia solidaria y del espíritu comunitario, mediante la Educación Abierta y a Distancia (EAD).

En el caso colombiano existen estudios muy valiosos que incitan a la reflexión, la discusión e interpretación de algunos problemas críticos, a partir del análisis de los subsistemas que conforman la sociedad global. Uno de los estudios e investigaciones que merece ser consultado, es el realizado por la Universidad Nacional de Colombia, titulado "Colombia un país por construir" (2000)http://www.ascun.org.co/documentos/educacion2006-2010.pdf.

La UNAD como entidad pública, científica y cultural, debe ser capaz de dar respuesta a través de sus programas y servicios a las necesidades fundamentales (axiológicas y existenciales) que las comunidades y grupos humanos presentan para desarrollar su potencial productivo y de aprendizaje autónomo, producir satisfactores y así impulsar la autogestión del desarrollo a escala humana (Max-Neef, 1986).

De este modo, emergen-además de las responsabilidades tradicionales de formación, investigación y proyección social-, como nuevas responsabilidades sustantivas:

La internacionalización : función sustantiva de la Universidad, que busca contribuir al derecho a la educación para todos y todas, al brindar oportunidades de formación dado el carácter transterritorial y transfronterizo de la educación abierta y a distancia, de tal manera que empieza a ser una función inseparable de su identidad y cultura.

La inclusión, la cooperación y la participación: Como nueva misional de la universidad, en respuesta a la necesidad imperiosa de crear estrategias para orientar la acción universitaria hacia una población objetivo amplia, y para superar las inequidades generadas por la globalización, pero también para aprovechar las oportunidades y beneficios que ella ofrece. .En este sentido, la UNAD debe generar estrategias de participación, que coadyuven a la autodeterminación de las comunidades, a la reconstrucción del tejido social, al desarrollo de escenarios productivos y, al uso y distribución ética del poder local. Es decir, al logro de una amplia participación ciudadana donde el ser humano actúe, consecuentemente, como sujeto ético social, político y productivo, participante.

La innovación tecnológica: Como nueva responsabilidad sustantiva de la UNAD, se contextualiza en la «sociedad del conocimiento»; tiene que ver con la responsabilidad de la universidad para contribuir a cerrar la «brecha o división digital»[1] y con el nuevo impulso a las tecnologías en sentido amplio (biotecnología, nanotecnología) en las que el sector de educación superior debe y puede incursionar dada su capacidad de emprendimiento y creatividad, reconocida en múltiples contextos-

Según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia (Ley 115/94), el Proyecto Educativo Institucional es el proceso de reflexión y enunciación que realiza una comunidad educativa, orientado a explicitar la intencionalidad pedagógica, la concepción de la relación entre el individuo y la sociedad, la concepción de educación y el modelo de comunicación en el que se sustenta.

Otra idea del Ministerio de Educación Nacional considera el Proyecto Educativo como un proceso permanente de desarrollo humano e institucional, asumido como una investigación y construcción colectiva del ser y del quehacer de la comunidad educativa.

De este modo el proyecto universitario debe tener una intencionalidad (teleología) y una fundamentación (conceptualización y argumentación) acerca de la persona humana, la sociedad, la educación, la comunicación, el desarrollo humano e institucional, el conocimiento y la investigación, la participación y la comunidad.

De este modo, el nuevo Proyecto Académico Pedagógico Solidario actualiza nuestra carta de navegación (PAP anterior), incorporando los elementos del Sistema Nacional de Formación para la Solidaridad (SISNES) y el documento Pensamiento, Liderazgo y Acción Unadista (PLAU), últimos legados de nuestro maestro el Dr. Miguel Antonio Ramón Martínez.

El PAP Solidario se estructura así, en seis componentes articulados e interdependientes.